Punto
Lo cubre todo, se traga todo,
y lo vomita cuando quiere,
todo lo llena con su palabra,
grita y autoriza,
habla, sana y hiere...
El lo hace,
también es su propio testigo como en el auto-contrato.
Dice: Soy y estoy,
me compro y me vendo;
y al final todo queda en el mismo ataúd, en el mismo lindero,
cuando ha viajando por la faz de la tierra y sus aguas,
y aterrizando en el punto medio.
Me agobian las personas así.
ResponderEliminarUn beso.
Si le gusta y es feliz que siga.
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